LISTADO DEL MAQUI DE CATALUÑA, LUCHADORES ANARQUISTAS DURANTE EL FRANQUISMO

Joaquina Dorado Pita

 
Por Imanol
 
Joaquina Dorado Pita, una mujer de armas tomar.
Joaquina Dorado Pita, una mujer de armas tomar.

Hoy estoy muy contento, normalmente y por amplia mayoría, las personas de las que escribo son hombres, y por desgracia, quitando alguna excepción, nos dejaron hace más o menos tiempo porqué la edad no perdona a nadie. Hoy la protagonista es una mujer, y pese a sus 99 años, aquí está, firme y activa. A Joaquina, pese al tiempo pasado, no le gusta hablar de la clandestinidad, (en boca cerrada no entran moscas), pero debido al escaso papel que partidos y sindicatos dieron a las mujeres dentro del entramado guerrillero, no puedo ni quiero pasar por alto su participación. Sabía de sus entradas y salidas, también de sus tareas organizativas y labores de imprenta, pero ella no habla de su participación en la clandestinidad armada, así que tengo que agradecer a Ricard de Vargas, Mónica e Irene, la información que nos dieron durante estas últimas jornadas en Capmany durante el homenaje realizado a esta gran mujer.

Homenaje en las jornadas de Capmany a Joaquina Dorado. (9-10-2016).
Homenaje en las jornadas de Capmany a Joaquina Dorado. (9-10-2016).

Joaquina nació cerca del mar, en un barrio pescador de A Coruña, y siguiendo sus aguas marchó hasta Vigo. Luego, con el tiempo, Joaquina cambió de mar, dejó el frio Atlántico por el cálido Mediterráneo y se acercó hasta Barcelona, allí aún puedes encontrarla y hablar con ella si acudes al homenaje que anualmente se le hace a Durruti.

Igual que aprendió a coser, aprendió a disparar, pues no estaban los años para echar flores al viento, e igual que participó en la socialización de su taller del ramo de la madera, pues trabajaba tapizando muebles, participó en el aplastamiento de la sublevación fascista por las calles de su barrio y de su ciudad.

Durante el 37 llegó a ser la secretaria general del consejo económico de la industria de la madera socializada, un puesto muy raro en un mundo de hombres, aunque estos fueran anarquistas, para una mujer y sufrió el miedo del mayo del 37 cuando no sabías quien estaba detrás de cada barricada y si te iban a disparar o detener en la próxima esquina.

Joaquina, junto a Manuel Hernández a quien sustituirá al cargo del sindicato de la madera socializada.
Joaquina, junto a Manuel Hernández a quien sustituirá al cargo del sindicato de la madera socializada.

Con la entrada de la barbarie fascista por las calles de la rosa de fuego llegó el exilio, se alejó de su querido mar y se vió obligada a cambiarlo por la tierra, y con ello, la infamia, el hambre, el frio, los parásitos, en los campos que supuestamente tenían que acoger refugiad@s, pero que solo aceptaron prisioner@s, derrotad@s y seres a l@s que maltratar, este fue el recibimiento de las autoridades del frente popular francés. Ante esto, Joaquina respondió con carácter, carácter que sigue oliendo a viento y a mar, como su tierra y cumplió con el deber de cualquier persona a la que se le priva de libertad, a base de fugas y clandestinidades, funcionando “en negro” hasta 1945 cuando consiguió documentación francesa.

Joaquina con su compañero Liberto Sarrau.
Joaquina con su compañero Liberto Sarrau.

En 1946, junto a su compañero Liberto Sarrau, cruzan clandestinamente la frontera tras los largos pasos de Ramón Vila y vuelven a la ciudad condal para reestructurar las juventudes libertarias, no será la última vez que caminen los senderos pirenaicos, acompañados por aquellos guías que tanto pasaban guerrilleros, como propaganda, armas o gentes con problemas, vuelven en 1947 para editar Ruta y poner en marcha el Movimiento Libertario de Resistencia. A las labores de imprenta y reorganización, Joaquina añade su parte de militante de acción y participa en golpes económicos con diferentes grupos, entre ellos el de Francisco Sabaté “el Quico”.

El viaje de 1948 junto a liberto fue de infausto recuerdo, al acabar ambos entre rejas. Joaquina empezó su viaje por el lado oscuro con 18 días en jefatura, las palizas recibidas durante esos días le causan graves daños en los riñones con el resultado de que tuvieron que extirparle uno tiempo después.

De allí a la prisión de Les Corts, de la que entró y salió en varias ocasiones, terminando su estancia en el siniestro lugar en 1954. Dos años después vuelve a atravesar la muga tras los pasos del “Quico”, aún recuerda Joaquina los lechos de mimbre que le preparaban en la ruta, que a ella le parecían seda y esta vez sí, consigue el asilo político en el país vecino.

Mientras espera que Liberto salga de la cárcel y cruce la frontera, sigue con su militancia confederal, ahora en París, viviendo ambos en el país vecino hasta 2001, año en el que fallece su eterno compañero. Desde 2006 volvemos a disfrutar de su compañía por tierras catalanas, el olor y el murmullo del mar la llamaban y ya no se resistió a su influjo, desde entonces sigue colaborando tanto con prensa como con el mundo libertario y sigues pudiéndola  ver entusiasmarse con las luchas y proyectos que se desarrollan en su barrio del Poble Sec, donde fue una de las fundadoras y militantes de las juventudes libertarias.

Si por ella fuera, volvería a cambiar de mar y volvería a su Atlántico, a sus terras galegas que la vieron nacer y crecer, pero sus bronquios están en permanente combate con aquel clima.    

Joaquina, señalada con una x, en la prisión de Les Corts.
Joaquina, señalada con una x, en la prisión de Les Corts.

 

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