
En abril de 1945 la organización del Movimiento Libertario (ML) en el exilio toma finalmente una decisión sobre la que se llevaba discutiendo mucho tiempo: matar a Eliseu Melis. Encargan la misión a uno de los grupos de acción que operan en el interior, concretamente al de Quico Sabaté.
Pero, ¿quién era Melis y por qué querían matarlo? Eliseu Melis era un veterano militante de la CNT y de la FAI. Afiliado al Sindicato Fabril y Textil de Barcelona, había colaborado en «Solidaridad Obrera» y formó parte del grupo Cultura, adherido a la FAI.
Al final de la guerra no pudo huir a Francia y tuvo que volver a Barcelona, Cataluña, (España) donde pronto cayó en manos de la policía junto con Antoni Seba Amorós. Ambos fueron requeridos por el jefe de la Brigada Político-Social de Barcelona, Cataluña, (España) Eduardo Quintela, quien les obliga a escoger entre colaborar con la policía o enfrentarse a un piquete de ejecución.
No era la primera ni sería la última vez que un anarcosindicalista se veía ante esta misma disyuntiva. Joan Peiró, tras ser apresado en Francia por la GESTAPO y entregado al Gobierno de Franco, también tuvo que elegir entre ocupar un cargo relevante en la Central Nacional Sindicalista (CNS) o morir fusilado. Su decisión le llevó al paredón el 24 de julio de 1942. Pero no todos tuvieron la entereza de Peiró, Algunos, como Eliseu Melis, prefirieron salvar su pellejo ofreciendo a cambio el de los que hasta entonces habían sido sus compañeros. Así empezó Melis a colaborar con Quintela, de quien se acabó convirtiendo en mano derecha.
Poco después de asumir su nueva función de confidente y colaborador, Melis viaja a Francia para reunirse con la cúpula de la organización en el exilio, a quienes convence de que su «conexión» con la policía puede ser útil a la organización, con lo que pretende convertirse en algo parecido a un «agente doble». Su capacidad de persuasión debía ser más que notable, ya que, pese a la caída de numerosos militantes en agosto de 1941 y a las sospechas que eso despierta en muchos compañeros, consigue ser elegido Secretario General de Cataluña, (España) de la CNT en una asamblea que tiene lugar en Las Planas en 1942.
En esta asamblea, Melis, junto con Antoni Seba y otros compinches, plantearon que la CNT debía centrarse en los problemas laborales de los trabajadores y alejarse de planteamientos políticos; en definitiva, se proponía practicar un sindicalismo de baja intensidad que no cuestionara el régimen político imperante. A cambio, la CNT garantizaban podría gozar de un amplio nivel de tolerancia por parte de la policía. Si a esto le añadimos el proyecto de fundar un «Partido Laborista» primero se llamó «Sindicalista», como el que fundara Pestaña en 1933 que presentaron Corbella, Fornells y otros, podemos descubrir claramente una estrategia del régimen franquista, o al menos de un sector de la Falange, que intentaba por todos los medios incluido el viejo método del palo y la zanahoria, ganarse a las gentes de la CNT para su causa. La gran mayoría de los asistentes a la asamblea rechazó de forma tajante esta propuesta de claudicación ante la dictadura y, aunque no se logró cerrar el paso de Melis a la Secretaría General, muchos sindicatos rompieron su relación con el nuevo Comité y empezaron a funcionar por su cuenta.
Pese a este contratiempo, Melis mantuvo su relación con la CNT y hasta el final de sus días fue una pieza fundamental de la represión policial, y una de las principales causas por las que fue imposible construir una sólida organización clandestina en el interior. Melis fue el causante de la prisión o muerte de numerosos militantes y del desmantelamiento de organizaciones, imprentas o sindicatos. Por todo ello, cuando la organización tuvo evidencias claras de su culpabilidad decidió que debía morir.
El 21 de abril de 1946 Quico cruza la frontera por Costoja, dispuesto a ejecutar a Melis. Le acompañan en esta ocasión Ramón Vila Capdevila(Caraquemada), Antonio Malpica Ramos, José Gay y Aurelio Martí. Pero un encuentro fortuito con la Guardia Civil en Banyoles obliga al grupo a cambiar de planes y abandonar la misión que les había llevado hasta allí.
Otro grupo toma el relevo, se trata de un grupo que forma parte del Movimiento Libertario de Resistencia (MLR) y que está formado por José Pareja Pérez (El Roset), Antoni Gil Oliver, José Villegas Izquierdo, Pedro Adrover Font El Yayo Barrachina y Ramon González Sanmartí (El Nano de Granollers) y El grupo, tras estudiar los movimientos de Melis, fija como fecha el 12 de julio de 1947.
La operación empieza en el Bar Castells, situado en la Plaza Bonsuccés de Barcelona, donde Melis juega al billar en compañía de Candelaria Simón, viuda de alguien con quien Melis practicaba otro de sus negocios habituales: el estraperlo. Mientras el resto de compañeros permanece en la calle, Pareja, Gil Oliver y Villegas entran en el bar y se acercan a su objetivo sin que este se dé cuenta, Pareja le da unos golpecitos en la espalda y le invita a salir a la calle. Melis comprende al instante la situación, conoce a Pareja y está enterado de la orden que ha dado la organización de matarlo. Probablemente lleva tiempo esperando que algo así ocurra.
Los cuatro hombres se dirigen hacia la salida y, una vez en la calle, Pareja le pide a Melis que le entregue cierta documentación con la que se esperaba descubrir la identidad de los otros confidentes que trabajaban con él. Melis, sin más opción, acepta. Antes de ponerse en camino, Antonio Gil se dispone a desarmar a Melis, pero Pareja en un error que le costará la vida le disuade asegurándole que no era necesario, tal vez con la intención de que Melis se confíe y piense que le perdonarán la vida si les entrega los documentos que le reclaman.
Se ponen en camino por la calle Elisabets y, al llegar a la calle Montalegre, Melis, en un intento desesperado por salvar la vida, sale corriendo y se refugia en el portal del número 3, sube las escaleras y antes de llegar al primer piso ve a Pareja que entra en el edificio, ambos disparan sus armas y ambos resultan heridos. Inmediatamente aparece Antonio Gil que dispara contra Melis hasta matarlo; seguidamente vuelve a la calle e informa a los compañeros que se habían situado en la calle para preparar la retirada de que Melis está muerto y Pareja malherido. Sin perder un segundo, se apoderan del primer vehículo que encuentran, una furgoneta de reparto de leche y acomodan en ella al compañero herido. Le acompañan José Villegas y Antonio Gil, el resto del grupo se dispersa rápidamente.
Llevan al herido hasta la consulta de un médico amigo, pero, tras examinar la herida, concluye que no puede hacer nada: es necesaria una operación para la que no dispone de medios. Deciden llevarlo al Hospital Clínico. Pareja, que seguía consciente, se niega, repitiendo una y otra vez que no quiere caer en manos de la policía, pero finalmente lo convencen prometiéndole que irán a rescatarlo en cuanto esté curado. Lo dejan en el hospital, pero los médicos no pueden hacer nada y muere a los tres días. Eliseu Melis se había cobrado su última víctima.
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