LISTADO DE RELATOS GUERRILLEROS, LUCHADORES ANARQUISTAS DURANTE EL FRANQUISMO

Libros caminadores

Imanol
Dibujo del Tartás realizado por el guerrillero Domenec Ibars, de esta base salieron muchos de los libros caminadores.
Dibujo del Tartás realizado por el guerrillero Domenec Ibars, de esta base salieron muchos de los libros caminadores.

 

 Tres años dicen que duró esta guerra, y aún así, dos décadas después, seguían volando torres de conducción eléctrica y muriendo personas, que continuaban luchando en aquella contienda.

Nuestros protagonistas son Jesús Martínez Maluenda “el Maño” y Ramón Vila Capdevila “Passos llargs”, guías y guerrilleros confederales que actuaban en la región catalana. Pero nuestra anécdota de hoy no habla de sabotajes ni de tiroteos, sino de la sana costumbre que tenían al regresar a Francia, una vez concluidas sus misiones y que consistía en el intencionado abandono de libros prohibidos en aquella España de “la cruz y la espada”, junto a caminos, carreteras o a alguna población.

Lo curioso es que aquellos libros tenían a su vez la sana costumbre de querer viajar, ya fuera en manos de los guerrilleros, de campesin@s, o incluso de la guardia civil, pues uno de ellos llegó a una familia de agricultores por medio de un número de la benemérita, quien ya fuera por miedo o váyase a saber porqué, acabó entregándolo en aquella casa de “izquierdas”. Por supuesto todos aquellos libros viajeros venían con los sellos franceses de la organización, provocando a la vez tanto sonrisas y admiración, como miradas asustadas alrededor y uniéndose a futuras corrientes como el “lee y pásalo”.
 

             

Jesús Martínez "el Maño" y Ramón Vila, en sus mochilas recorrían los libros caminadores la primera parte del camino.
Jesús Martínez «el Maño» y Ramón Vila, en sus mochilas recorrían los libros caminadores la primera parte del camino.

         
 

 Entre la curiosa estirpe de libros caminadores podían encontrarse ejemplares de “La madre” de Gorki o “La bestia humana” de Zola, aunque parece ser que el que mas caminó por su cuenta fue un ejemplar de “Mauthausen”, escrito por un compañero de nuestros protagonistas y que citaba el nombre y el pueblo de muchos de los españoles muertos en tan siniestro lugar. Parece ser que este libro cruzó la frontera en la mochila del “Maño” tras salir de la base del “Tartás”, que era el lugar de partida de los grupos de acción libertarios situada en La Cerdaña francesa, atravesó el Llobregat y acabó siendo depositado junto a un centenar de cestos con carbón entre los municipios de La Nou y Vilada.

No pareciéndole suficiente el trayecto recorrido junto al guía aragonés, probó los zurrones de pastores y hasta los paquetes de los contrabandistas, pasó Manresa siguiendo camino hacia el Mediterráneo, hasta que descubrió el sitio al que realmente quería llegar, que no era otro que una masía entre Sant Vicent de Castellet y el Pont de Vilomara, donde llevaban varios años buscando información sobre un hermano desaparecido de la mujer de la casa, y allí, entre sus cansadas páginas, llevaba la desgraciada noticia que tenía que entregar a aquella familia, pero que por lo menos les permitió dejar de buscar.

Unos meses después la trayectoria de este libro le fue referida a Ramón Vila, cuando entró en dicha casa, aparte del agradecimiento por saber de una vez donde descansaban los restos del familiar. 

Aún tendrían que pasar mucha gente, de ida o de vuelta, varios libros mas y tumbar unas cuantas torres, para que el silencio llegara definitivamente a aquellos rincones del Pirineo.
 

Campo de concentración de Mauthausen, los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras. Este fue el origen de uno de nuestros libros protagonistas.
Campo de concentración de Mauthausen, los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras. Este fue el origen de uno de nuestros libros protagonistas.

  
 
 
Fuente: L´ombra del maquis (Jaume Serra Fontelles)

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